Javier Altés Escribà va néixer a Móra d’Ebre el 12 d’octubre de 1914.
Va ingressar al Seminari de Barcelona on va estudiar humanitats de 1926 a 1931 i dos cursos de filosofia de 1931 a 1933. Enviat pel bisbe de Barcelona, va continuar els seus estudis en el Col·legi Espanyol del Roma on va cursar com a alumne de la Universitat Gregoriana, un any de filosofia i 5 de teologia, aconseguint el doctorat (1939). El títol de la seva tesi va ser “Raimundo Sibiuda i el seu sistema apologètic”.
Va ser ordenat sacerdot en el Col·legi Espanyol de Roma per l’arquebisbe Luigi Traglia l’11 de juny de 1938, amb incardinació en la diòcesi de Barcelona. Abans d’ingressar en la Germandat va ser mobilitzat com a capellà militar d’un regiment italià; es va ocupar de la parròquia La nostra Senyora dels Desemparats de Terrassa (Barcelona). En acabar la guerra l’any 1939 el bisbe de Barcelona el va nomenar professor i superior del Seminari. Va fer la primera consagració a la Germandat el 12 d’agost de 1941 a Valladolid davant Buenaventura Pujol.
La primera destinació que va tenir com a operari va ser prefecte del Seminari Conciliar de Barcelona, el curs 1940-1941, i administrador el curs 1941-1942; a continuació va ser enviat a Tortosa, com a rector de l’Aspirantat menor, de 1942 a 1945. En 1945 va tornar al Seminari de Barcelona, primer com prefecte (1945-1946), després com a vicerector (1946-1950), seguidament com a rector i professor del Seminari menor a Tiana (1950-1957), i finalment com a rector del Seminari major (1957-1961). El curs 1961-1962 va ser director i professor del Convictori sacerdotal Pius XII de València i el curs 1962-1963, director del Col·legi Pius XII de la mateixa ciutat. De 1963 a 1967 va ser rector i professor del Seminari Pontifici de Tarragona i de 1967 a 1969 va ser Director del Col·legi de Sant Josep de Tortosa. Durant un trienni va ser Director regional d’Espanya (1966-1969). Va ser rector de la residència de Modolell de 1969 a 1972, alhora que administrador regional. De 1972 a 1974 va ser rector de La nostra Senyora del Rosari de Badalona. De 1974 a 1976, director del Col·legi de Sant Josep de Tortosa, i de 1976 a 1987, administrador. Des de 1977 fins a 1990 va ser rector del Temple de Reparació de Tortosa, on va seguir col·laborant fins a 1999. En 1999 va ser destinat a la residència de Tortosa; en 2002 va passar a la d’Alquerías, i des de 2003 residia en la Llar “Mossèn Sol” de Majadahonda.
Va morir el dia 20 d’abril de 2012 a les 11:00 h. a la Llar “Mossèn Sol” de Majadahonda a causa d’una insuficiència cardio-respiratòria.
La capella ardent s’ha instal·lat a la Llar “Mossèn Sol” i el dia 21 d’abril serà la missa de funeral a les 9:30 h. la Capella de la Llar. Posteriorment es traslladaran les seves restes a Tortosa, on tindrà lloc un funeral de cos present en el Temple de Reparació a les 16:30 h. i seguidament rebrà sepultura en el Panteó de la Germandat del Cementiri municipal de Tortosa.
A D. Javier lo definiría como el Mn. de la SONRISA, siempre atento a los demas, disponible, servicial, humilde… y uno de los operarios que más se asemeja, junto con D. Vicente Lores, al espíritu eucarístico y sacerdotal que vivió Mn. Sol. Siempre manifestó su deseo de ser enterrado en Tortosa.
A cualquiera de estos tres curas catalanes de “pro” podemos poner como intercesores ante Dios… Y ojalá nos colmasen desde el cielo de tantas gracias (milagros) que la Iglesia algún día no muy lejano reconociera su santidad.
Mn. Altés también en Majadahonda vamos a extrañar su ausencia y su sonrisa. Ángel Pérez Pueyo
Le recuerdo con sus paseos con mi madre y Mn. Lores por los naranjos de Alquerías; le recuerdo por su estar siempre dispuesto a darle la comida a Gonzalito, le recuerdo siempre cuando fregando los platos me decía HOY ME TOCA A MI, le recuerdo cuando le duchaba en Alquerías y me esperaba SONRISA INCLUIDA en su cama, antes de entrar a la ducha; le recuerdo … siempre les recuerdo a aquellos que han sabido ser mayores sin estorbar y sin sentirse más que ninguno, le recuerdo porque era de esos curas catalanes, de la Mare de Deu de la Cinta, porque quería a su Tortosa del alma, le recuerdo…
Pues yo tengo muchos recuerdos de él.
La sonrisa esa de buena persona que siempre le acompañó. Más de una vez, a la salida del colegio, lo veíamos por la plaza Mossen Sol y la gente mayor del barrio lo saludaba, y alguna mujer mayor se acercaba a él y le besaba las manos, inclinándose, y entonces él, le decía que se levantara, no quería.
También lo recuerdo cuando murió mi abuela, el momento en que estábamos toda la família, le puso un crucifijo en las manos y la miraba a ella y a nosotros con esa cara de tranquilidad, paz y de buena persona, que él siempre tenía.
Seguro que esa sonrisa la lucirá ahora en el cielo !
Ha muerto un santo hombre y un hombre santo. Tuve la suerte de peregrinar con él a Roma cuando fue beatificado Mossèn Sol. Recuerdo que durante el viaje me sorprendió gratamente el comprobar como mossèn Javier se privaba sistemáticamente de los postres y se complacía en repartirlos entre los jovenes. Con él, junto a mossèn Lluís (quien siempre tenía en el bolsillo de su sotana un caramelo con que obsequiar a cualquier “xiquet/a” que se le acercara), se le acaba a Tortosa esa gracia divina especial con que Dios quiso premiarla durante la segunda mitad del siglo XX. Estoy seguro de que, ya al lado de la Santísima Trinidad, goza de la gloría de los santos. Su sonrisa y su trato eran la personificación de la bondad. ¡Ojalá, esta vez si, se ponga en marcha la maquinaria necesaria para iniciar el proceso de su canonización, para que, en un espacio de tiempo no muy lejano, veamos una imagen suya acogiendo nuestras súplicas en el tortosinísimo templo de la Reparación.